Sensación

Entro en el tren y empiezo a leer el libro titulado «La ciudad solitaria» de Olivia Laing, una novela- ensayo sobre la soledad de algunos artistas del siglo XX, tales como David Hopper o Andy Warhol.

De repente entra una señora y se sienta a mi lado. Dice que se marea si se pone enfrente, en dirección contraria a mí. Después de un rato me siento incómodo con ella, pues me roza un poco con su brazo derecho al encontrarse bastante cerca de mí, y cuando en la siguiente estación se baja una persona de otros asientos, queda libre un hueco y me cambio de lugar.

Un rato más tarde, entra una chica joven y se sienta a mi lado. Se pone a leer un e-book, mientras continuó leyendo el libro; el mío es tradicional, es de papel. De repente, siento una sensación muy extraña en mi interior. Percibo una cierta atracción sexual hacía el olor que desprende, o al perfume que tiene, que paradójicamente, es el aroma del tabaco de una fumadora, un olor que detesto. Sin embargo, continúa esa atracción y tengo la sensación de perder el sentido de mi orientación del deseo, del mundo mental, de no comprender por qué tengo esa sensación en ese momento determinado.