«Sé libre y haz lo que te de la gana»

¿Cuántas veces te han dicho lo que tienes que hacer?

¿En cuántos momentos de tu vida has dejado de hacer algo que querías porque la sociedad (entorno familiar, social, laboral…) te ha rechazado al bloquearte la capacidad de tomar tu propia decisión? Seguramente, en muchas ocasiones de tu vida. Muchas veces, casi siempre, para que nadie se pueda enfadar contigo por la moral que existe, rechazas tu libertad de elegir lo que te apetece en cada momento para evitar posibles conflictos.

¿Por qué dejar de ser como uno mismo es? ¿Hay que mantener siempre una actitud crítica con la sociedad y con los estándares que existen en la cultura? ¿ O hay que ceder algunas veces por un bien mayor? ¿Acaso existe un término medio? ¿O es necesario en cada momento hacer lo que se siente? Algunas veces dudamos de qué hacer, pero seguir el instinto no siempre puede ser lo adecuado, ¿o sí?

Además, ir contra corriente ayuda a evolucionar y a mejorar, a ser mejor persona. Sino habría disidencia (sexual, social, política, educativa…) no existirían los cambios. La sociedad seguiría siendo la misma. Por ello, sin pensamiento crítico se idiotizan las personas, se mantienen ocupadas en los delirios inventados por un sistema capitalista y consumista.

La disidencia crea una influencia, ¿por qué no ser un referente disidente para la infancia que va a poder vivir una vida más libre y auténtica? No quieren personas críticas; sí quieren, sin embargo, que sean sumisas, obedientes, dóciles con el sistema.

Lo que permite no construir es obligar, prohibir, negar y ocultar e ignorar lo que no nos gusta o es diferente, lo no normativo.

Cada persona debería poder elegir qué hacer, qué decir, qué pensar (dentro de sus posibilidades, claro) con respeto y tolerancia hacia las demás, sin tener miedo al reproche, a ser ignorado, escondido o silenciado, ya sea a través de la cárcel, asesinato o de maneras más sutiles, que es normalmente en el contexto de las sociedades llamadas «democráticas», pues incluso en éstas, existen leyes como la Ley Mordaza, que niegan el derecho a manifestarse… Y así se podrían seguir enumerando obstáculos que existen en la sociedad (construidos por la cultura), hasta el infinito.

Conversación

Le prefería antes en la conversación que en los libros, donde podía dar ejemplo y no donde quería dar ejemplo, donde se dan los abrazos y no caben los aplausos.

Increíble pensamiento, fascinante elocuencia del filósofo que piensa, pero que existe en su conciencia despierta, que busca hasta el amanecer de los sentimientos donde existen enormes paisajes llenos de sensaciones.

Conducta criminal

La conducta criminal de traficantes,

criminales o asesinos,

en todas las esferas de la sociedad.

Instruidos en las mejores universidades,

en las calles, sin estudios.

Benditos analfabetos

 que vagabundean por el suelo.

La diferencia (y desigualdad) existe en que alguien no reconocido, pobre, no tiene contactos con los políticos, gobernantes que crean leyes, y los militares y policías que controlan las fuerzas de seguridad. Por lo que desde el poder siempre van a salir ganando.

Para deshacerse de ciertas personas que no les favorecen, por ir en contra de su política, por ser disidentes, pagan a verdugos, personas desconocidas.

La guerra es así.

Soldados educados en el fanatismo

que luchan por las patrias,

y el amor a las banderas y fronteras.

 

El ciudadano del mundo debería ser humilde, sin temor, tranquilo, sin molestia ni rencor.

 

Lean y entiendan: comprendan.

Leer es la mejor medicina del mundo.

El planeta necesita libros y libros, para florecer con pensamiento crítico.

El grupo Bilderberg

Desde hace muchos años, una serie de personas influyentes en el mundo, se reúnen, en diferentes lugares cada año, para dialogar sobre las decisiones que se dan en el mundo.

Estas personas donan inmensas cantidades de dinero, como muestra filantrópica, por las personas vulnerables, por causas humanitarias, por cualquier motivo que las haga héroes a los ojos de los más vulnerables y no tan vulnerables: personas de a pie, que viven en mundos de miseria o pesadumbre, donde el dinero es un sueño que habita en sus mentes soñadoras e idealistas.

Actualmente, Bill Gates es uno de ellos. De hecho, es el que más cantidad monetaria dona en el club. También el que más ofrece para la OMS, la Organización Mundial de la Salud,
junto a Rockefeller, el gran magnate desde principios del siglo XX, que justamente ahora ha dejado de tener el monopolio del petróleo. ¿Por qué será?…

Mira Confebask y el PNV. Esos están muy por debajo de los otros. Pero van los siguientes. No tienen tanto poder. Al igual que Sánchez, unos pringados. Se creen además muy listos cuando tienen los mismos errores que otros o, incluso muchos más. Sólo quieren producir también y ganar dinero. PNV,  bitcoin, farmacéuticas, petróleo… armas… etc.

Todos se resumen a la misma ficción.

«La librería» (Isabel Coixet, 2017)

The Bookshop, en inglés, es la última película de la directora. Cuenta la historia de una mujer que decide abrir una librería en un pueblo inglés en 1959, a pesar de todos los impedimentos que le ponen al principio las personas a su alrededor.

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Nos conmueve la trama por su sencillez y elegancia en los diálogos filosóficos, por la natural actuación de la actriz y su actitud positiva ante la vida.

Una mujer que (con la colaboración de una niña a la que, curiosamente, no le gusta nada leer) lucha por lograr cambios en la sociedad, una creadora de pensamiento crítico al incentivar y motivar a las personas para que lean y se informen de la realidad.

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Al final logra su sueño, pero se lo arrebatan y la echan del edificio porque éste se encuentra en malas condiciones físicas, o eso dicen los represivos y los del ayuntamiento. Lo que en realidad sucede es la no aceptación de la distribución en su librería de «Lolita», escrita por el escritor Nabokov, la novela erótica de una adolescente que se relaciona con un hombre mayor. El pueblo la rechaza, la censura, porque trata un tema tabú para esa sociedad rural, conservadora, que mantiene las tradiciones con su permanente ignorancia.

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Aun así, se queda con la valentía, el coraje y la libertad de poder leer, de haber conseguido su sueño de abrir una librería en el pueblo.

Años más tarde, la niña adulta ya,  se convierte en bibliotecaria, continuando con el legado de ella, teniendo una librería llena de sabias historias que soñar y vivir. Porque como decía Florence: «nunca se está sola con los libros».