El continuo ciclo de la creación y la destrucción

ImagenÁrbol caído en Elantxobe, Bizkaia, 2013

Nacemos, morimos. Y entre ambos momentos, podemos llegar a reproducirnos para mantener así el constante equilibrio de la evolución humana. Creemos que con eso el mundo es feliz, y que nosotros lo seremos, que seremos capaces de encontrar el objetivo que tenemos en nuestra existencia. Pero la realidad, es que en pocas vidas lo logramos. Pocas personas lo consiguen de una forma satisfactoria.

La mayor parte de la gente se esfuerza en hallar un plan, un «pasatiempo» para sobrevivir (laboral, académico…), algo con lo que continuar viviendo en este mundo. Éste, el mismo mundo en el que siempre han vivido todos nuestros antepasados. Y con eso creen que son felices. Pero lo importante, siempre se ha dicho, es intentarlo, tratar de ascender, de conocer, de aprender y mejorar en la vida, en el proceso vital que tenemos, consiguiendo por lo menos, una gran parte de la felicidad plena, de la belleza eterna, del sueño ideal. La meta del camino por realizar quedará lejos aún, incluso cuando hayamos pasado lejanos pasajes de sueños eternos.

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